así que después de horas y horas de estar frente a la computadora con un bloqueo mental que no dejaba fluir las ideas de mi cerebro al teclado y al monitor, decidí mandar todo a la chingada y desaparecer un rato. así que saqué los tenis de correr, me puse unos chores y una playera vieja, me conecté el aipod y le dije a mi mamá;
yo: -mamá! al rato vengo-
lupe(mi mamá): -¿a dónde vas?-
yo: -a correr-
lupe(mi mamá): -ta bueno-
yo: -no llevo llaves ni dinero ni nada eh!-
lupe(mi mamá): -ta bueno-
yo: -adiós pues-

y ya

y entonces le puse play y salí del departamento y empezé a correr por la calle sin un rumbo fijo y entonces llegué al periférico y tomé dirección norte y seguí corriendo y pase charcos y banquetas y calles y coches y señoras sin mucha idea de las reglas de vialidad y civilidad y llegué a insurgentes y decidí darle para el norte y corrí y corrí y cruzé la ciudad universitaria de un extremo al otro y decidí seguir corriendo porque todavía tenía mucho que pensar y muchas energías y entonces llegué a Miguel Angel de Quevedo y decidí ir a visitar a mi hermana así que dí la vuelta y corrí por esa calle hasta llegar a la calle de mi hermana y llegué y le toqué y ya estando ahí pensé en pedirle aventón de regreso porque ya estaba muy cansado pero para mi sorpresa mi hermana no estaba así que tuve que seguir corriendo, esta vez por Pacífico y con dirección sur, hasta llegar a Tlaplan y por esta seguir corriendo con dirección sur hasta pasar el periférico y ahí dar vuelta en ferrocarril y llegar a mi casa de regreso.

y el resultado de ello fué darme cuenta de que las energías para correr no dependen de la cantidad de carbohidratos ingeridos ni de la hidratación del cuerpo, si no de la cantidad de pensamientos que se tengan en la cabeza, no importa cuanto lleves, mientras tengas ideas atoradas, podrás segir corriendo intentando solucionarlas, y cuando las ideas van saliendo y la mente se va relajando entonces es cuando empieza a llegar el cansancio,

pero luego ya no supe si en realidad todo era al revés y de tanto correr dejé de pensar por cansancio...