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el otro día nos pusieron en la escuela el documental que hizo un gringo que se dedicó a comer en McDonalds todos los días, todas las comidas, durante 30 días, registrando más o menos científicamente que cambios se iban produciendo en su salud y llegando a la conclusión de que comer tanto en McDonalds puede matar a la gente por exceso de sodio y colesterol y carbohidratos y demás.
A pesar de que la película me gustó por diversas razones que no siento necesario explicar aquí, el mensaje que intenta dar no me gustó mucho ni me pareció muy acertado porque en realidad, ninguna persona en el mundo puede comer 3 veces al día en McDonalds durante un mes, sencillamente por sentido común, así que los resultados obtenidos están un poco alejados de la realidad.
Se que lo que escribí no está muy bien redactado y no me doy a entender adecuadamente. Y no me importa. porque no es lo importante del post.
Lo único que quería decir es que hoy comí en ese lugar tan diabólico y a pesar de tanta polémica y tanto mito y tanto todo que rodea a las hamburguesas del payaso ese, me sigue encantando casi todo lo que venden ahí menos los pepinillos que le ponen a todo y lo más probable es que siga yendo cada vez que se me antoje.
(nota al pie para los escritores del blog, ¿que pedo con tanta pinche etiqueta que tenemos?)
